Agradecimiento

Le damos gracias a Dios por sobre todas las cosas, y en especial por haber dado la vida, el amor y la oportunidad de haber conocido a Astrid, Hermana Salvatoriana. Gracias a ella hemos aprendido diferentes tipos de recetas: pan, pizza, galletas, bomba, entre otras cosas. No solamente nos enseñó a trabajar la materia de hacer pan, sino también a querernos a nosotras mismas, a valorarnos como mujeres, creada a imagen y semejanza, como madre y como esposa. Que podemos hacer maravillas con nuestras manos y con nuestro trabajo vale, y nadie nos va a bajar nuestra autoestima. Nos sentimos orgullosas de ser mujeres en este mundo a través de este curso: que tenemos que vivir en el amor, la paz, la tranquilidad, la paciencia la amistad, el perdón y vivirlo. Nuestra amistad nos llevó a compartir las ideas, a abrirnos al mundo, a nuestro barrio, a luchar para salvar la vida. Paralelamente fuimos conociendo la alegría, la paciencia, la paz y el amor de nuestra instructora. En este curso de panadería hemos encontrado amistades que nos valoran como personas. La oportunidad de tener una facilitadora, Olga, Laica Salvatoriana, que nos orientó a nivel personal y a nivel espiritual. Nuestro deseo es que, así como el grupo de mujeres de este curso hemos culminado, que otras mujeres se animen y tomen esa decisión de echar para adelante, quien quita que en el mañana sean unas grandes panaderas como nosotras. Nos sentimos orgullosas de haber hecho este curso y esperamos que otros aprovechen esta oportunidad que les brinda Cecal. Gracias, Astrid, por el cariño que tú nos has dado. Que Dios te cuide y te bendiga.

Atentamente.
Yoliber Grumeite, Marbelis López, Yelitza Zapata, Yusmary Hernández, Eucaris Astudillo, Ismali Hernández, Carolina Salamanca, Maura, Benita, Audelina Rojas, Andris Cedeño, Yuselina, Jenny Contreras, Inés Vargas, Disleny, Isabel.