Carta a los Cristianos

Adviento tiempo de esperanza

El adviento es tiempo en el cual los cristianos son convocados a preparar la navidad, a crecer en la esperanza y recibir con fe la venida del Señor. Cristo ha venido como niño, ciertamente lo celebramos cada navidad, pero sabemos con absoluta certeza que vendrá por segunda vez como Señor para salvarnos y estar con él en la eternidad. La venida de Cristo por segunda vez no es el anuncio de cataclismos, desastre en el mundo y el universo o el fin de mundo como algunos creen, sino que es la esperanza de salvación que todos los seres humanos deseamos. La Palabra de dios constantemente nos invita a estar vigilantes y atentos sobre nuestra propia vida para que cuando El venga y nos llame nos haga participar en el banquete de su Reino donde él mismo nos servirá (Lc. 12, 35-38). Si Cristo ha vencido la injusticia, el dolor y la muerte, también los cristianos anuncian ya desde ahora el triunfo final de ese Reino. Los verdaderos cristianos dan testimonio de la verdad para que se imponga el bien, la justicia, la felicidad, la vida. Es una esperanza que se que se construye en el presente, pero también sabemos que se dará de mañana plena y total con Cristo en su Reino Venidero.

Navidad tiempo de paz y alegría

¡Qué hermoso son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz! Navidad es recibir a Jesús que nace, él es el Príncipe de la Paz. Jesús es nuestra paz, el que de los dos pueblos hizo uno, derribando con su cuerpo el muro que nos separaba del otro: el (Ef 2,14). Jesús nos invita en esta navidad a ser constructores de paz y alegría en nuestras familias y nuestra sociedad. Recordemos los que él nos dice en su Palabra: “Felices los que trabajan por la paz, porque se llamarán hijos de Dios” (Mt 5,9). Ser constructores de paz significa cultivar relaciones fecundas y sinceras que estimulen a buscar y recorrer el camino del perdón y la reconciliación.

Navidad es la celebración de la fraternidad y la cercanía de Dios hacia nosotros. De esta manera somos invitados a desterrar de nuestro corazón rencores, odios, resentimientos hacia los demás, para que brille la Luz de Dios en nuestros corazones y seamos hermanos e hijos de la Verdad.

En Navidad Jesús se hace compañero de camino en nuestra historia. Tomemos la mano que él nos tiende: es una mano que no nos quiere quitar nada, sino sólo dar. Entremos con los pastores en la cueva de Belén, bajo la mirada amorosa de María, testigo silencioso del prodigioso nacimiento. Que ella nos ayude a vivir una feliz Navidad; que ella nos enseñe a guardar en el corazón muchas de las cosas que no entendemos en esta vida. Pero sobre todo queremos que sea la Virgen María nuestra madre, quien nos ayude a ser testimonio de su verdad, de su amor y de su paz con todos nuestros seres queridos y los miembros de nuestra comunidad parroquial.

Los Padres, Hermanas y Laicos Salvatorianos desean a Uds. Toda clase de bendiciones y bienestar para sus familias. ¡El Divinos Salvador proteja a toda nuestra comunidad parroquial, ahora y durante todo el amo venidero! ¡Feliz Navidad y Feliz Años para todos!